Tras un tiempo de soledad,
ya paso la tempestad.
Poco a poco se pasa la ansiedad.
Y camino lejos del malestar.
Mi cuerpo se cambia por necesidad,
músculos mudan su forma y su lugar.
Elaborar la nueva maquinaria que me moverá.
Siempre estando en el presente, con un pie un paso mas allá.
Ahora solo tengo que enfrentarme con el miedo a avanzar,
Partir el cristal con el que me quiero encerar.
Siempre mirando desde el tercer lado de la legalidad.
Por ello nunca nada hay que divinizar.
No divinizar ni dioses ni personas por mucho que las puedas amar.
Pues hay esta lo que nos hace fallar.
Tu, tu único dios al que orar.
Tu amor, alguien a quien respetar,
ayudar y dejar en su camino marchar.
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